Número par, beso.  Número impar, prenda. Era su turno.  Ella tomó el dado de nuevo rogando por un dos.  Estaba a una prenda de quedar totalmente desnuda.   A un botón de perder el brasier.

Él en cambio tenía todavía los pantalones bien puestos.  Sonreía porque sabía que estaba a punto de ganarlo todo.

Ella se llevó el dado a los labios, le dio un beso y lo lanzó.  Este salió disparado de la mesa, rodando en el suelo.  4, 5, 3, 2… 6

Él se acercó y le confirmó: Beso.  Ella respiró aliviada.  El tipo tomó el dado, lo lanzó al aire  jugando con él y se fue acercando a la chica a gatas.

-Uno- Dijo y al instante besó su pie.  –Dos- un beso más en su tobillo.

-¿Qué haces?- le dijo la chica divertida.

-Shhhh… tres- siguió por sus pantorrillas.   –Cuatro- Aspiró el aroma del pequeño hueco detrás de su rodilla y la lamió. –Cinco- Miró a la chica que entre asustada y excitada se alejó hasta donde le permitió la silla.  Pero él asió la pierna firme con su mano y besó el muslo de la muchacha. –Seis-  Con su boca rozó el clítoris y metió la lengua moviéndola rápidamente.  Ella lanzó un pequeño grito abriéndose sin resistencia.  Él la agarró bruscamente por las caderas y siguió besándola entre las piernas.  Los prolongados sollozos de la chica hicieron que se quitara los pantalones con todo y boxers, para penetrarla dulce pero fuerte.  

Ella ganó la partida.  Al final solo la chica quedó con una prenda.

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